10/25/2006

El Verano, parte II - La celulitis contraataca


Siguiendo con esta saga de terror, el item de la celulitis y el "contorno corporal" se impone. Es en esta época cuando, corcheteados con los folletos de bikinis, vienen los folletos dedicados a la Semana de la Belleza. Si uno abre ese catálogo encuentra dos o tres sombras de ojos, algo así como cinco rouges, bastantes autobronceantes y una avalancha de cremitas para la celulitis. Se capta el mensaje: con celulitis no eres linda. Lo más triste de todo esto es que cerca del 80% de las féminas, gordas y flacas, tenemos celulitis. De hecho unos científicos por ahí discutían si nombrarla como un carácter secundario más, junto con los pelos de las axilas y la barba de los hombres. O sea, de nuevo luchando con la naturaleza. Pero bueno. Abrimos el catálogo de colores brillantes y textura satinada, y empezamos a leer mil nombres de fantasía: Lipofactor, Lipidiose, Abdochoc, Celulichoc, Slimm Gel, Celluli-Zone, Lift Minceur, Lipocure, Systeme Minceur, Perfect Slim, Slim Success, Good Bye Celulitis... Y así se podría seguir por horas. Todas las cremas carísimas, a excepción de una o dos cremitas que dan mala espina. Todas prometen sacar lo que ha estado ahí hace milenios y que ni horas de gimnasio ni dietas exhaustivas han logrado erradicar. Y si una lee los efectos, es algo así como "Reduce 1,9 cm (¡¡¡1,9 no es nada!!!) en un mes, testeado en 20 mujeres". O sea, la nada misma. Y usan palabras tan asquerosas como "desincrustante". No puedo dejar de imaginarme sacándome pelotas de grasa dura con un cuchillito cuando leo esa palabra. Pero inevitablemente una cae, al menos una vez en su vida. Empieza súper aplicada, con los 10 minutos de masajes circulares reglamentarios. Pero a la semana ya dio lata masajearse tanto, la crema pasa al olvido y se le empiezan a formar depósitos de crema seca en la tapa. Y ahí empieza el letargo del frasquito de anticelulítico, hasta que se reanuda la sicosis del "tratamiento". Pero ya la crema no es la misma, ya no tiene el mismo olor ni textura, y la celulitis sigue tan campante. ¿Será porque una no fue constante en la aplicación? ¿O simplemente por que no sirven? Me inclino por la última. Se supone que tomando 8 vasos de agua diarios, eliminando las bebidas con gas y la cafeína se atenúa la celulitis. Entonces aparecen en Octubre manadas de mujeres con la botellita Cachantún rellenada con agua de la llave, tibia, con gusto a cloro, y vamos tomando agüita. Y con el tema de las bebidas, ahora resulta que la CocaCola Light también es pecado... Aunque hasta el momento nadie logra explicarme cómo el gas carbónico pasa al torrente y llega directo a la grasa para inflarla e "incrustarla". Otro ítem aparte son los drenajes linfáticos, dolorosos y caros. O la endermología, donde te encuelven como a un wantán y después te pasan unos rodillos que te amasan las presas. Todo carísimo. ¿No saldrá más fácil aceptar que una es así no más, con celulitis? Total, nunca es para tanto. Las que más se quejan son las que menos tienen. Además, todo es cuestión de moda. En la literatura erótica clásica se habla seguido de "los hoyuelos de sus nalgas". Esos hoyuelos no eran otra cosa que alegre y danzante celulitis. Así que dejemos de gastar plata en cremitas que ni siquiera sirven, y listo. Total, así no más estamos hechas. Es lo que hay.