7/23/2007

Pasatiempos (Elogio de la Soltería)

El otro día, en medio de una sinusitis que me tumbó a la cama y me dejó gangosa de por vida, me dediqué en forma minuciosa a ver completita la cuarta temporada de Sex and the City. En uno de los capítulos hubo algo que me llamó la atención: hablaban de conductas secretas, esas que hacen las mujeres cuando están solteras y que dejan de hacer en cuanto se emparejan y viven con el “pierno”. Había una serie de pequeñas cosas cotidianas que pueden parecer irrelevantes, pero que todas vivimos con el placer de la costumbre. Charlotte, por ejemplo, se miraba por horas los poros en un espejo de aumento. Carrie se instalaba a comer galletas saladas con mermelada en la cama. Y así. Una de las primeras cosas a las que una renuncia son esos pequeños placeres secretos y por lo general ligeramente (o francamente) embarazosos y antiestéticos. A la vez, una de las primeras cosas que una realmente resiente es la pérdida de estos mismos placeres. Una amiga mía esperaba ansiosa a que su conviviente se despegara de ella para poder ponerse máscaras cosméticas y sacarse los pelos de los bigotes con tranquilidad. Yo celebro mi soltería realizando gozosamente estos ritos cotidianos. Por ejemplo: dormir con guantes y calcetines para que se absorba bien una crema humectante lo más espesa posible. Demorarme horas en arreglarme y dejar después toda la ropa tirada en el suelo. O comerme un paquete familiar de papas fritas y un litro de helado a cucharadas metida en la cama y viendo tele. Porque nada más rico que comer papas fritas hasta atosigarse, después darle el bajo a algo dulce “para contrarrestar”, y una vez que una se empalaga de azúcar volver a la sobrecarga de sodio. Y nada más indigno que te pillen metida en la cama, rodeada de miguitas de papas "Lays", con la boca café de chocolate y la mirada extraviada en el fondo de una teleserie cebollenta. Una cosa que al parecer es bastante común entre las mujeres (no he hecho la estadística en hombres) es plantarse delante del espejo e inventar diálogos interminables con otra persona. Por ejemplo, una repite alguna discusión, pero esta vez dice exactamente lo que debería haber dicho, agudísimas observaciones, tallas demoledoras, finísima ironía, etc. Y también una se da el lujo de inventar la contraparte, poniendo en la boca del oponente cosas aberrantes y estúpidas, con lo que una realmente se luce por contraste. Penoso, pero entretenido. O el clásico infaltable de bailar (en pelotas, vestida, en pleno striptease, da lo mismo) delante del espejo. Otros clásicos son colgarse del teléfono con alguna amiga para hablar por enésima vez de los mismos temas sin que nadie te mire con cara de horror por gastar tanto teléfono y llorar con las películas cebollas o (peor) con las series indignas de La Red, onda “Lo que callamos las mujeres”. Nada más rico que meterse en la cama, leer una novelita media porno y dejar que tu mano se deslice como quien no quiere la cosa entre las sábanas mientras se fantasea con algún hombre de buen ver. Y uno de mis clásicos, que me da una vergüenza enorme pero que cada vez que lo hago me hace valorar mi soledad: tomar Coca-Cola directamente desde la botella y después eructar con la mayor asquerosidad posible, buscando siempre nuevas duraciones y sonidos más estentóreos. Cualquier hombre me patea al segundo después de uno de esos. Todas las cosas que he mencionado (y un montón más que se me olvidan) pasan a pérdida cuando una se empareja. Porque los instantes de soledad son cada vez menores, la necesidad de mantener una imagen más digna se incrementa. Debe costar retomar la seducción si ya te vieron con una máscara de palta, la zona del rebaje embetunada con crema depilatoria y el pelo con cachirulos o gorro térmico (el que no sabe qué es eso, que vaya y averigüe). La mirada del otro (sobre todo cuando es tu pareja, con las amigas no pasa lo mismo) te inhibe, te juzga todo el rato. Y de todas maneras una prioriza a su pareja por sobre gases molestos y actuaciones esquizoides. Pero cuando se vuelve a la soltería, la soledad se pone un poco más risueña con cada pequeño pasatiempo culpable. Después de todo, es una lata andar reprimiéndose a cada rato. A valorar entonces el tiempo a solas, y vamos comprando Coca-Cola en botellas para ver quién puede decir la célebre frase "La pelota es mía" con un solo y prolongado eructo.

17 comentarios:

Unknown dijo...

Hasta que al fin apareciste!

Tenias harto botado el blog,mujer!

Chucha... No se si yo sere marciana pero no me he visto haciendo ninguna de esas cosas que tu cuentas, ni siquiera en mis ex periodos de solteria y celibato absoluto ni menos cuando andaba con mi galan en todos lados. Ahora que me case, como que te termina dando lo mismo. Mi esposo ni se fija, el siempre me dice: pero si tu estas bien y fin del tema. Lo que si creo que los hombres solteros o no siguen igual con sus habitos; o sea si se tiene que rascar las bolas se las rasca sin ponerse rojo, creo que ellos som bastante menos fijados que nosotras las mujeres.

Oiga, pongase las pilitas y escriba mas seguido ya que al menos yo echaba de menos sus escritos.

Cariños.

witch dijo...

No he parado de reirme.
La verdad, segun yo que no tengo rituales secretos, pero ahora que estoy sola sola sola, estuve revisando mis conductas, y, la verdad, es que si, me he dado cuenta que , por ejemplo, me doy el gusto de dejar el plato de comida, o el yoghurt vacio al lado de la cama, sin asco alguno, hasta la mañana siguiente. Cuando fumaba (y lean bien -aba) cero tapujo en dormir con el cenicero al lado y asi, suma y sigue, supongo que estoy llena de pequeñas cosillas que jamas hare delante de un pierno... Lo que si fue lejos lo mejor y echo de menos a morir es la epoca en que me juntaba los domingos en la tarde con Simone a ver el capitulo de Gray's Anatomy, metidas en su cama con el gato y sus millones de pelos, blancos y eternos entremedio, y comiendo McDonalds o algun simil grasoso, en reemplazo del sushi que nunca logramos pedir a domicilio, por diferentes razones. Sin olvidar el helado de postre por supuesto!

Caro dijo...

Totalmente de acuerdo. Pero yo no puedo dejar de demorarme todo lo que quiero cuando me arreglo.

La cara de él es intolerable, se pasea, entra y sale, te juro que lo patearía en el suelo!!! si sabe que me voy a demorar, debería esperar pacientemente AFUERA de la pieza, me CARGA que me esté mirando mientras me visto con cara de "cualquier cosa te queda bien" cuando nosotras ladies sabemos que eso es falso falso falso!

Es por eso que no pienso cambiar. Me demoro lo que me demoro y punto. Si no le gusta, la puerta es ancha.

Besos!

popmoderna dijo...

lo de lo esquizoide de las conversaciones es sencillamente notable!!
a mi me pasa todo el tiempo y me digo: "misma, estai muy cagá!", pero ni lo pienso y me descubro discutiendo imaginariamente.

Yo sumo la de andar de rockstar por la casa...

(me haré ver)

Barbaridad dijo...

jajajaja
de rock star por la casa, bailar con la musica a todo chancho, escuchar canciones mamonas que con el mino no se puede porque nos mirarian con cara de "que te paso". El sabaneo de los vientos tambien entra en esta categoria, imaginense si con el pierno de turno se nos ocurre dejar salir una ventosidad estruendosa...

Eleo... dijo...

SIII!!!! me encanta esos momentos que solo la solteria nos da el placer de vivirlos.

Es cierto que estmso en el ojo clinico de la pareja especialmente en los primeros meses, pero despues logras compartir algunos de esos placeres, pero nunca puedes compartir todos estamos claros.

Me gusta tu blog.
Un beso.

Unknown dijo...

jjajajjajaja... si! tienes toda la razón, después de un tiempo esas cosas solo las disfrutas cuando nuestra pareja se va de viaje o sale con los amigos, aunque casi debes borrar toda evidencia!.

Cariños...

pasa por mi blog, quizas puedas dar alguna idea.

ciao!

::Vita:: dijo...

Jajajaja... pucha que me sentí identificada con esa cuestión del espejo y las peleas imaginarias!!! Dios mío, cuántas veces he hecho eso! jajaja

La verdad es que en un principio al convivir con el galán, uno sí se ocupa más de detalles, pero yo en esa época nunca me compliqué mucho, y si había que aplicar depiladora no me andaba escondiendo ni mucho menos...

Creo que ser soltero tiene varias ventajas, y eso de hablar por teléfono es la mía, hay veces que m pego horas (literalmente) y no tengo que aguantar malas caras.

Porque no nos gusta que nos controlen, no queremos dar explicaciones, porque hacemos lo que queremos:
Vivan los Solteros Revolucionarios !!! S.S.R.R.

Anónimo dijo...

Es extraño porque en las peliculas y comerciales siempre presentan al hombre soltero haciendo cosas similares o peores pero nunca se menciona a que nosotras mujeres solteras también somos seres humanos y nos gusta estos pequeños placeres (poner los pies en la mesilla mientras nos bebemos una refrescante cerveza con papas fritas... ) Supongo que los hombres son los que viven en los cuentos de hadas creyendo en las princesas azules mucho más que nosotras.
Aprovecho para felicitar tu blog, lo he encontrado hoy y me encanta. Cuantas verdades hay en ello!

Layla dijo...

Jajajajajaja!
Me encanto el post!

Eso de bailar frente al espejo me llegíó... ajajaja!

Saludos.

Layla dijo...

Quise decir Llegó :P

Marulista dijo...

Pero qué wea más cierta.

Mi pecado de soltería son las máscaras de palta y la preparación pal carrete cn música fuerte y ropa tirada n el suelo.

Ñeee..

Vuelta a la soltería.

Anónimo dijo...

jajajajajaja te juro que leí el "Elogio ala soltería" y simplemente es el mejor título que le podrías haber puesto. Es que es impresionante la cantidad de cosas típicas que hacemos todas por el sólo hecho de no tener a una pierna peluda al lado que pueda llegar a juzgarnos... o mejor dicho, reírse en nuestras caras. Lejos lo mejor: las interminables conversaciones telefónicas dandole vueltas a un mismo tema una y otra vez, el paquete de papas fritas lays con el paquete de galletas para contrarestrar el sabor... y lo mejor de todo: los dialogos inventados y las recreaciones de conversaciones o discusiones anteriores con nuevos argumentos para ganar la pelea... Me senti demasiado identificada. Felicitaciones a la autora!!

Dejo mi blog para que lo visiten. SIn duda más fome que este, pero es lo que hay!!

http://datorosa.blogspot.com

Solo_Dalia dijo...

jajaja... cómo me he reido, claro que me he visto haciendo más de alguna cosilla que mencionas... lástima que con la pareja no se pueden compartir cosas asi, osea!! NO se puede ni se DEBE jaja... mi ex pololo una vez me dijo "ya pasaste el límites de la confianza" refiriendose a que ya me podía deborar tranquilamente un sandwich más grande que el de él sin matarle las pasiones...pero sacarte los bigotes con tu mino al lado...eso ya es otra cosa jajaja

Negra dijo...

notable!!!


te leo desde mucho, y siempre quedo con un sabor grato en el alma. Escribes muy bien, y me siento muy parte de lo que comentas.
Muchas Gracias por ello.

Anónimo dijo...

Jajajaja..
muy buen texto y titulo..
=)
ademas en solteria...quien necesita una pierna peluda si en pleno invierno, y soltera (notese; no sola) elimino sin culpa alguna las cremas depilatorias, la cera y el tiempo invertido por mi pierna no depilada...Jajajaja
a cambio dejo "oculta" en el baño una prestobarba por si un dia la necesidad llama y hay que acudir a una medida de emergencia..
Jajajaja!!..

m.

Anónimo dijo...

No lo puedo creer!!! Llevo años en eso de hablarle al espejo y 'recrear' las discusiones como deberían haber sido y recién me vengo a enterar que no soy la única 'psico' que lo hace.... jajajaja... Gracias!!
Muy bueno tu blog, lo acabo de encontrar...