8/30/2006

Caramelo hirviente


Últimamente me ha tocado escuchar varias conversaciones acerca de un tema netamente femenino: la depilación. Acá nadie se la cuestiona, no se ve como un plus, es simplemente lo mínimo que se le pide a una mujer: piernas suaves y lampiñas, axilas prístinas. Lo que la mujer haga para lograrlo a nadie conmueve. Pero perdónenme: la depilación con cera DUELE. La Silkepil parece inventada por la Inquisición española. De hecho, a mí me duele más la Silkepil que cuando me hice mi tatuaje. Y la Gillette es de cortísimo alcance: a los dos días una tiene más cañones que la Segunda Guerra. Desde los tiempos en que las árabes se depilaban nada menos que con caramelo (auch) hasta hoy no hay mucho nuevo bajo el Sol. Las quemaduras son frecuentes, resultando en la pérdida de la epidermis completa. De verdad, la dermis queda expuesta. Cuando se quiebra la cera por impericia de la depiladora es como para llorar. Yo tengo una No!No!, pero igual es pajera. O sea, un desagrado total. Hay muchas de mis congéneres que opinan que no duele nada, que lo hacen por ellas, etc. Pero si se tuvieran que ir a una isla con puras mujeres, ¿empacarían Gillete o cera Veets? Yo creo que no. Es muy molesto. Pero claro, es EL MÍNIMO que los perlas exigen. Si fuera al revés, apuesto a que no nos pescarían ni en bajada a por ejemplo depilarse la espalda (tipo el mino de Charlotte, de Sex and the City). Hay una tendencia a cuando una ya lleva muuucho tiempo emparejada y es invierno, a dejarse estar y transformarse en King Kong invernal. Una vez leí que la mujer casada que se empezaba a depilar en invierno era porque inequívocamente tenía amante. Pero bueno, piernas y axilas ya están integradas en nuestro disco duro social. Pero ahora se viene la nueva tendencia: ¡Depilación total de "esa" área! No rebaje, total. Mohicano, o brasilera completa (actualmente apodada la "Telly Savalas" por culpa de una comedia gringa). Claro, total, a ellos no les pica cuando crecen los pelos, ni se queman con la cera, etc. Supe este fin de semana que existe un tipo que opina que todas las mujeres deberían estar perfectamente depiladas ahí mismo, que es el mínimo cuidado, etc. etc. Y él, para no ser menos, se afeitaba los testículos para verse "aseadito". Sólo como dato, tiene 44 años y ya se ha separado dos veces. ¿No será musho? ¿No basta ya con la tortura cíclica de piernas y axilas (y otras partes según el nivel de vellosidad de la dama)? Por favor, ¡dejemos de sumar imposiciones pelotudas a nuestras vidas! Eso de que para ser bella hay que ver estrellas dejémoslo en el pasado. O tarde o temprano a alguien se le va a ocurrir de que es sexy arrancarse las uñas de raíz, y ahí sí que las vamos a ver negras.

8/15/2006

Chico malo

Supongo que les pasa a muchas, pero yo no me puedo resistir a un chico malo. Esos eternos lobos esteparios de mirada dura y mandíbula cuadrada, que primero son capaces de cortarse una mano antes de dar muestras de debilidad. Por lo general son antisistema, antipinochetistas, anticoncertacionistas, anticapitalistas, anticomunistas y cualquier anti que a uno se le ocurra. Es inevitable querer ser cobijada en su pecho enfundado en una chaqueta de cuero bien usada, con un dejo a tabaco y alcohol. Querer tirárselo en un motel barato, tipo película gringa, y aullarle juntos a la Luna llena. Sentirse protegida por este tipo duro, bello. Escandalizar a familiares cercanos y lejanos, clavarle las uñas en su espalda fibrosa para dejarlo marcado, para que no se te vaya a ir en alguna de sus noches de juerga. Estos hombres no te invitan: esperan que tú pagues por el privilegio de ser la elegida de la noche. Cada muestra de cariño de estos tipos vale por ocho del resto, por lo escasas. Esos instantes breves en que te miran fijamente a los ojos, y con su voz más profunda te dicen: "Me caes bien", porque parecen ser incapaces de verbalizar algo más comprometido que eso. Y claro, una la tonta llega a tiritar de la emoción. Porque ÉL, el chico malo, te pesca. Nos compramos completo el cuento de que en el fondo los americanos son dulces. Y es verdad, en el fondo son dulces, no son más que niñitos que juegan a ser "chori". Pero no son mucho más que eso, y al final es una la que los protege de este mundo malo que les exige trabajar y apoyar a su pareja. Después de su diatriba antisistema nº 678, ya una los empieza a encontrar un poquitín pegados. Cuando no son capaces de nada por estar carreteados, una ya se empieza a aburrir de tanto rock. Y termina dándose cuenta de que su parada antisistema es simplemente la defensa ante su propia incapacidad de adaptarse a algún sistema, sin importar cuál. Y el tiempo pasa, la chaqueta de cuero le empieza a quedar apretada, y en vez de parecer un rebelde sin causa entra en el ítem Negro Piñera. Bajo su cuadrada mandíbula cuelgan charchas de grasa, y entra definitivamente en la decadencia del chico malo. Queda "marlonbrandeado", por decirlo en palabras de una amiga. Pero sigue gritándole a los cuatro vientos que su libertad es lo más importante, y ya no queda nadie alrededor para escucharlo.

8/01/2006

Bésame mucho


Qué cosa más rica que los besos. Besos, besotes, besitos, besos con lengua, sin lengua, esquinaditos. Y tan escasos que son. Cuando uno ya lleva mucho tiempo con alguien da muchos besos, pero pocos memorables. Mucho besito de buenos días, de buenas noches, castos besitos cariñosos. Pocos besos de esos que parecen acabar con la respiración para siempre. Y si una está soltera conseguir besos tampoco es fácil. O sea, técnicamente es facilísimo, pero es difícil encontrar a alguien que deje su huella. Pero la búsqueda es tan entretenida... Cuando chica era todavía más fácil. Bastaba que pusieran "Juego de Seducción" de Soda Stereo, o algún lento, y listo. El galán de turno estaba cocinado. Echo de menos esas épocas livianas, de besuqueos sin mañana. Sin siquiera pensar que la cosa podía llegar a mayores, sin pensar en moteles, ni departamentos, ni siquiera en rincones oscuritos. Únicamente el placer de esperar el beso, de mordisquear suavecito labios ajenos. Rico. Conversando con otras mujeres hemos llegado a la conclusión de que se pueden perdonar muchas cosas en un hombre: falta de tino, barseos varios, incluso la tan temida falta de "equipamiento". Pero que no sepa atracar como Dios manda, eso es imperdonable. Sobre todo a estas alturas, donde la mala técnica no se le puede achacar a la vergüenza, la poca experiencia o los frenillos. Con un puro beso una ya sabe cómo va a ir la cosa. O al menos lo puede suponer. Y si el hombre es "el Hombre", la cosa se pone mejor todavía. Nada mejor que esos besos esperados, de abrir la puerta y tirarte encima de alguien que amas o al menos te gusta mucho, y sentir cómo se te aflojan las rodillas y te transformas en un puro beso. Y bueno, para terminar esta romántica reflexión (no sé qué me pasa que ando tan cargadita al azúcar) copio sin asco al copyright este capítulo de "Rayuela", de Cortázar, uno de mis libros favoritos. Disfrútenlo.

Capítulo 7


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.